martes, 15 de diciembre de 2020

OÍDO AL TAMBOR / ¿Por qué piensas que "a nadie le importa"?



La de los compatriotas ahogados en el Caribe frente a las costas de Güiria, estado Sucre, ha sido una tragedia nacional, y así lo sentimos, una desgracia que reclama reflexión integral: para mí, es tráfico de personas, como también ocurre hacia Brasil y Colombia (muy parecido a la acción de los "coyotes" en México y Centroamérica), a propósito del empeoramiento de las condiciones de vida en Venezuela, a manos de los cómplices de la destrucción nacional.


Sinceramente, levantar un discurso "opositor" contra el gobierno a propósito del naufragio mortal de un peñero seguramente sobrecargado y sin mínimas condiciones de seguridad (cero chalecos salvavidas ni  radiocomunicaciones) es politiquería de la peor factura, muy pobre y muy miserable. 


Esta tragedia histórica que sufrimos no es sólo "culpa del gobierno", y hacer politiquería sobre cadáveres de niños y adultos es tan indignante como el hecho mismo.


El sufrimiento de los migrantes es espantoso, ciertamente. Así ha sido y así será, por tierra y mar, como en el Mediterráneo y el Caribe (Cuba, Haití, ahora Venezuela, etc.).


Durante décadas, desde los años 40 del siglo XX (se les "olvida" a los europeos migrados a nuestra patria y sus descendientes),  Venezuela fue receptora de migrantes europeos y latinocaribeños. Ahora, al ritmo de una campaña macartistas brutal y un bloqueo criminal internacional, se nos menosprecia y victimiza de mil maneras con xenofobia ideologizada y explotación miserable de nuestros compatriotas en países vecinos de Suramérica y el Caribe (Colombia, Perú, Brasil y Trinidad y Tobago, entre ellos), donde reinan protegidas las mafias del tráfico de personas, drogas, prostitución y explotación neoesclavista. Eso sufren nuestros migrantes, y sufrimos nosotros atormentados por tantos desgarramientos patrios. Ese es el verdadero dolor, que ciertamente compartimos por la acumulación de irresponsabilidades, errores garrafales y pillerías de los cómplices de la destrucción nacional.


Muchas veces, prefiero callar, para alimentar el espíritu y la voluntad de lucha con el dolor de los nuestros, aquí y más allá de nuestras fronteras. Duele y reta, indigna y motiva, con mucha fuerza. Así los lloro y me comprometo más, por encima de la miseria humana y las insensateces de quienes son capaces de usufructuar el sufrimiento de nuestros compatriotas asesinados en Colombia, absorbidos por las mafias inmisericordes en Brasil, despreciados en Perú o hundidos en aguas del Caribe.


En memoria de ellos y ellas, me aferro a la vida y a la dignidad profunda del pueblo venezolano, generoso y valiente.


Manuel Isidro Molina

🌹🇻🇪✨

manuelisidro21@gmail.com 

No hay comentarios: