viernes, 6 de diciembre de 2013

IPS / Mandela, ¿el pacifista o el rebelde?

Nelson Mandela en 1937.
MONTEVIDEO, 6 dic 2013 (IPS) - Quizás sea una falsa contradicción. Pero hoy son muchos los que subrayan el mensaje pacifista con el que el sudafricano Nelson Mandela (1918-2013) salió de prisión en 1990, y pocos los que ponen el acento en su rebeldía contra el apartheid, incluso armada, que lo llevó a la cárcel.
Mandela fue un político y un revolucionario por lo menos desde 1942. Dos años después se unió al Congreso Nacional Africano (CNA) y contribuyó a crear su Liga Juvenil y a conducir al movimiento, que llevaba décadas de irrelevancia, a posiciones más radicales.
Mandela fue un rebelde cuando encabezó la campaña de desobediencia civil contra leyes injustas del régimen segregacionista blanco en 1952 y cuando, pese a ser un mal estudiante, completó un diplomado de dos años en derecho y empezó a ejercer la abogacía en el primer bufete negro del país.
Fue un rebelde, y por eso proscripto más de una vez, detenido y procesado en el Juicio por Traición, del que finalmente resultó absuelto en 1961. Fue un rebelde cuando pasó a la clandestinidad.
Pero sobre todo fue coherente con su rebeldía tras la matanza de 69 personas desarmadas durante la manifestación de Sharpeville contra las leyes segregacionistas, el 21 de marzo de 1960, la posterior instauración del estado de excepción, el arresto de 18.000 personas y la proscripción del CNA y otras organizaciones.
Entonces entendió que no bastaban las marchas, huelgas y acciones de desobediencia civil para conmover los cimientos del apartheid, cuya estructura se iba sofisticando hasta el delirio de los bantustanes (reservas segregadas para no blancos).
Fue un acto de rebeldía encabezar la lucha armada en 1961 y contribuir a crear el brazo que la ejecutaría, Umkhonto weSizwe (Lanza de la Nación). O salir del país en secreto a buscar apoyo y entrenamiento de guerrilla.
Sudáfrica era una cuña útil para las potencias occidentales –las mismas que hoy honran a Mandela como un héroe— en una región convulsionada por las luchas de liberación colonial y la guerra fría.
En los años 70, Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña, socios comerciales del régimen, vetaron una moción para expulsar a Sudáfrica de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). El embargo de armas solo se hizo obligatorio en 1977.
En la década de los 80 el apartheid avergonzaba a la mayoría de la humanidad. Pero apenas en 1985 Estados Unidos, Gran Bretaña y la entonces Comunidad Europea adoptaron sanciones económicas contra el régimen, y en buena medida para aplacar la indignación pública que iba surgiendo en cada país.
Mandela llevaba años purgando cárcel, desde 1962. Fue juzgado por sabotaje y condenado a cadena perpetua en 1964. La rebeldía lo sostuvo en esos 27 años, durante los cuales rechazó tres ofertas condicionadas de libertad.
El derecho a rebelarse contra la opresión, que asiste a cada pueblo, ha sido muy a menudo objeto de supresión y sobre todo de tergiversación.
En el caso de Sudáfrica, Estados Unidos se lo pensó bien. Solo en 2008 eliminó al CNA de la lista de organizaciones terroristas de su Departamento de Estado, nueve años después de que Mandela hubiese dejado la Presidencia.
Cuando emergió de sus años de encierro en 1990, pero sobre todo cuando fue investido presidente en 1994, Mandela sabía que desmantelar el apartheid no tendría sentido si en el proceso el país se desintegraba en divisiones y venganzas.
Y fue, desde entonces, el pacifista más activo y convencido, llevando su rebeldía a un nuevo terreno, el del ejercicio democrático y el del diálogo como solución de los conflictos.
Como cuenta un artículo de IPS, muchos sudafricanos siguen hoy hundidos en las trampas de la desigualdad y la pobreza, con el CNA acusado de haber ingresado en un ciclo de opacidad y nepotismo.
No es sencillo sacudir una herencia que data desde los tiempos del régimen colonial británico. La segregación y sus causas económicas dejan marcas profundas. No basta con tener un presidente negro, como ilustra Estados Unidos, cuyas cárceles siguen teniendo muchos más convictos negros que blancos.
Pero ahora los sudafricanos pueden canalizar su rebeldía contra esas lacras en un proceso democrático y un Estado de derecho por los que hay que agradecer a Mandela, el rebelde.
Diana Cariboni es coeditora jefa de IPS

De la autobiografía de Nelson Mandela

SIMPLEMENTE ESPECTACULAR, la Autobiografía de Nelson Mandela / El largo camino hacia la libertad (1994), Editorial Aguilar, Caracas, julio 2013. Les obsequio dos párrafos: 

“La verdad es que aún no somos libres; sólo hemos logrado la libertad de ser libres, el derecho a no ser oprimidos. No hemos dado el último paso, sino el primero de un camino más largo y difícil… Tras subir a una colina, uno descubre que hay muchas más colinas detrás… sólo puedo descansar un instante, ya que la libertad trae consigo responsabilidades y no me atrevo a quedarme rezagado. Mi largo camino aún no ha terminado”.

Pirateada cuenta en Twitter de Manuel Isidro Molina

La cuenta en Twitter @manuelisidro21 del periodista y ex diputado Manuel Isidro Molina, fue pirateada recientemente, supuestamente "por las mafias financieras que vengo denunciando consistentemente en mi columna semanal de La Razón, simultáneamente publicada en mi blog manuelisidroxxi.blogspot.com ".

Molina, ex presidente del Colegio Nacional de Periodistas, especialista en ciencia política y analista de entorno político y social, informó que su cuenta con miles de seguidores fue intervenida por hackers desconocidos, pero supuestamente vinculados a sectores de la corrupción enquistada en diversas instancias gubernamentales.

Decidió hacer pública esta enojosa situación, porque "en la cuenta @manuelisidro21 están publicando mensajes desnaturalizados, pornografía y otros elementos deformantes".

Pide a sus tradicionales seguidores, "denunciar como spam la cuenta @manuelisidro21, retirarse como seguidores, y migrar a su nueva cuenta en Twitter @manuelisidroXXI ".

"Quiero expresar mi agradecimiento por el apoyo de mis seguidores y seguidoras, consecuentes lectores y lectoras de mis columnas, y a quienes cotidianamente impulsan mi blog manuelisidroxxi.blogspot.com que ya supera las 211.205 visitas", dijo Manuel Isidro Molina.

-Estos saboteos a sitios informativos y de opinión en las redes sociales, no van a ninguna parte. Golpean puntualmente, pero no harán mella en la lucha que estamos desarrollando por la dignidad de Venezuela, afirmó.  

Muerte de Mandela enluta a la humanidad

Muere Nelson Rolihlahla Mandela, más que un político, más que un líder de una nación, más que un pensador. Se ha ido un símbolo de voluntad y sabiduría, una figura legendaria que representaba la lucha por la libertad de todos los oprimidos.
Venerado en su país, tanto por negros como por blancos, fue apodado Tata (papá) y Madiba (nombre del clan de Mandela en lengua xhosa), pero la fama de Mandela  e extendió tanto que el mundo celebró el Día Internacional de Mandela, instaurado por la ONU en 2009.

Hace años, cuando la cadena inglesa BBC preguntó a 15.000 personas en todo el mundo: "¿Quién debería formar parte del gobierno mundial?". Los resultados de esta encuesta fueron sorprendentes ya que la mayoría eligió al ex presidente sudafricano: sabio, luchador, líder nato.

Su inquebrantable tenacidad en la defensa de sus ideales, su compromiso con la justicia, su defensa de la igualdad racial y su mensaje de reconciliación le han convertido en un admirado icono global.

¿Por qué? En un informe de la organización de derechos humanos Human Rights Watch sobre la situación en África se sostiene que prácticamente en cada país del continente se registran conflictos armados en los que son violados burdamente los derechos humanos.
No puedo olvidar pero sí puedo perdonar  
Uno de los pocos puntos tranquilos del continente es la República de Sudáfrica donde, a pesar de todas las predicciones, tras la caída del apartheid no se ha derramado sangre humana. 

Es más, Ciudad del Cabo fue reconocida como un destino turístico internacional con el más alto nivel de servicios. Nadie hubiera podido imaginar ni en sus mejores sueños que en el sur de África, tierra presa de conflictos sangrientos por motivos raciales, surgieran hoteles turísticos de cinco estrellas. El mérito de ello es del Nobel de la Paz Nelson Mandela.
Nelson Mandela y el entonces presidente sudafricano, Frederik de Klerk, muestran los Premios Nobel de la Paz el 9 de diciembre de 1993 en Oslo después de haber sido galardonados por su labor para poner fin al 'apartheid'.


Sea como fuere, cuando en febrero de 1990, bajo la presión de la comunidad internacional, Nelson Mandela fue liberado de la prisión donde había permanecido nada más y nada menos que 27 años, los 28 millones de negros de este país africano experimentaron un odio feroz hacia 5 millones de blancos. En las zonas habitadas por aborígenes se usaba el lema: "Un blanco- una bala". La eliminación de la población blanca parecía casi inevitable, amenazando con el inicio de una masacre entre las varias tribus que habitan en Sudáfrica. Algo similar ocurrió en la vecina Zimbabue (ex Rhodesia), que se encuentra todavía en un estado de caos general y empobrecimiento masivo.
 
 Detesto el racismo porque lo veo como algo bárbaro, ya pueda venir de un hombre negro o un hombre blanco 
Lo más sorprendente es que Nelson Mandela, todavía no presidente (fue elegido en 1994) actuó como si toda su vida hubiera gobernado el Estado. Él negoció con todas las fuerzas políticas de la nación con sorprendente facilidad y sabiduría, incluyendo a los ex agentes de servicios secretos. 

Incluso el líder de la tribu zulú, la más numerosa de Sudáfrica y conocida por su belicosidad, tuvo que ceder ante el sentido común y voluntad de Mandela.

Preso durante varios años, Nelson Mandela nunca pensó en la venganza. En una ocasión invitó a cenar a la jueza que le había sentenciado a cadena perpetua y los dos pasaron mucho tiempo conversando. "Detesto el racismo porque lo veo como algo bárbaro, ya pueda venir de un hombre negro o un hombre blanco", dijo más tarde Mandela, quien suprimió todos los intentos de reproducir el odio racial en el país.

Ni siquiera perdonó a su esposa Winnie, con frecuencia llamada 'madre de la nación', cuando un día acompañada por una enorme multitud de aplausos exclamó que se debía eliminar a los blancos con velas y fósforos. 'Vela' en Sudáfrica es un asesinato brutal en el que se coloca a una persona dentro de unos neumáticos y se le prende fuego. Al enterarse de esta declaración de su esposa, Nelson Mandela inmediatamente se divorció de ella y la popularidad de esta cayó rápidamente.

Algunas frases conocidas de Nelson Mandela:

 La mayor gloria no es nunca caer, sino levantarse siempre 
"Aprendí que el coraje no es la ausencia de miedo, sino el triunfo sobre él. Valiente no es quien no siente miedo, sino aquel que conquista ese miedo".  
"La mayor gloria no es nunca caer, sino levantarse siempre".
"La gente tiene que aprender a odiar, y si ellos pueden aprender a odiar, también se les puede enseñar a amar, el amor llega más naturalmente al corazón humano que su contrario".
"Sueño con una África en paz consigo misma".
"No puedo olvidar pero sí puedo perdonar".

Para el líder sudafricano no han sido meras frases y ejercicios de retórica, fueron lecciones extraídas de toda su vida.

Datos biográficos

Nelson Mandela, primer presidente negro de la República Sudafricana legítimamente elegido, nació el 18 de julio de 1918 en Transkei y fue uno de los 13 hijos que tuvo su padre, el consejero principal de la casa real Thembu Gadla Henry Mphakanyiswa, con sus cuatro esposas. Perteneció al clan Madiba de la etnia xhosa.

Después de finalizar la secundaria, comenzó a estudiar en el Colegio Universitario de Fort Hare para obtener un título de Bachiller en Artes, pero fue expulsado del colegio por participar en una huelga estudiantil. Luego estudió derecho en la Universidad de Witwatersrand, donde se graduó en 1942 como abogado.

Abrió el primer despacho de abogados negros de Johannesburgo y apoyó la estrategia de resistencia pacífica del líder indio Mahatma Gandhi contra las leyes cada vez más opresivas del apartheid hasta ingresar en el partido Congreso Nacional Africano.

Sin embargo, la matanza de manifestantes en la ciudad sudafricana de Shaperville en 1960 le hizo cambiar sus ideas pacifistas en favor de la lucha armada. En 1961 Mandela fue elegido secretario honorario del Congreso de Acción Nacional de Toda África, un nuevo movimiento clandestino que adoptó el sabotaje como medio de lucha contra el régimen de la recién proclamada República Sudafricana y se encargó de dirigir el brazo armado de esta organización. Sin embargo, organizó los ataques contra algunas instalaciones de valor simbólico, excluyendo atentar contra vidas humanas.

Fue detenido en 1962 y procesado en el Juicio de Rivonia, en el que fue condenado a cadena perpetua en 1964 hasta su puesta en libertad en 1990, por una fuerte presión internacional. Durante su larga estadía en prisión y en medio de reiterados rechazos del Gobierno de Sudáfrica de ponerlo en libertad, Mandela se convirtió en un símbolo de la lucha contra el apartheid dentro y fuera del país.

Su labor de reconciliación nacional, junto con el entonces presidente sudafricano Frederik de Klerk, les valió a ambos el premio Nobel de la Paz  n 1993. En 1994 Mandela se convirtió en el primer presidente negro de Sudáfrica en las primeras elecciones multirraciales del país, puesto que abandonó en 1999.

Sin embargo Nelson Mandela permaneció en la vida pública de la nación a través de su Fundación (ahora el Centro de la Memoria Nelson Mandela), el Fondo para la Infancia y el Fondo de la Lucha contra el Sida.

En 2004 se retiró de la vida pública al pronunciar su famosa advertencia a todo aquel que quisiera invitarle a algún acto: "No me llamen, ya les llamo yo". Compareció por última vez en público durante la clausura del Mundial de Fútbol de Sudáfrica en 2010.


http://actualidad.rt.com/actualidad/view/90229-muere-nelson-mandela-sudafrica-apartheid