lunes, 19 de agosto de 2013

FARRUCO SESTO / “La visión pesimista sobre Caracas es reaccionaria”

ENTREVISTA / Ministro para la Transformación de la Gran Caracas


Por MANUEL ISIDRO MOLINA

La polémica sobre el presente y futuro de la capital venezolana tiene en Francisco de Asís Sesto Novás a un actor principalísimo. Más conocido por su sobrenombre, “Farruco” vive atado a la cultura contemporánea de Venezuela y los requerimientos urbanísticos y sociales de su capital, desde su pequeña oficina del piso tres del Palacio Blanco.

“Caracas es una de estas capitales de  ‘Nuestra América’, que revelan en su seno la injusticia cultural de las sociedades en que se desarrollaron. Cualquier capital de América Latina refleja la injusticia social de manera muy palpable, que se aprecia en la morfología de la ciudad”.

-¿Es una huella viva?

-Todas las ciudades  lo son, huella viva. En América Latina, que es un continente con muchas desigualdades,  el más desigual del mundo, aunque eso comienza a cambiar, las grandes y medianas ciudades reflejan lo que hemos sido y vivido.  Caracas es un retrato de lo que pasó en Venezuela durante el siglo veinte; y tú ves donde viven los muy ricos, los ricos, la clase media alta y la clase media, los trabajadores, los pobres y los que no tienen nada. Lo diferencias claramente.

-¿Qué son sus cinco municipios y la conurbación con Vargas, Altos Mirandinos, Guarenas-Guatire, Valles del Tuy?

-Caracas no tiene una estructuración política adecuada. Creo que estamos en deuda, todavía, con una nueva posibilidad. Nadie está conforme con esa situación administrativa de lo que es la Gran Caracas.

-¿Nuestra ciudad sigue en discusión?

-Sigue en discusión. La ciudad tiene una deuda consigo misma, cómo repensarla. Mi opinión es siempre optimista, ¡siempre optimista! Ningún pueblo se suicida ni le gusta sufrir, siempre en su seno aparecen las energías, la voluntad suficiente para arreglar las cosas. Creo que es totalmente equivocado y muy negativo, reaccionario, tener una visión pesimista sobre Caracas; es un lugar común criticarla. Más bien hay que ver sus virtudes, y sobre ellas apostar a que esta generación puede solucionar sus graves problemas.

-Pero suena irritante que Caracas sólo tiene un mercado mayor, una sola compactadora de basura en Las Mayas. ¿No es una ofensa a la inteligencia?

-Y hay otros temas, los terminales…

-El desorden vehicular que ocupa un tercio de la capacidad de circulación de la ciudad… ¿Por qué Caracas sigue así, día a día?

-No es tan así. Se planifica. No es lo mismo la Caracas que ya tiene los metrocables, nuevas líneas del Metro, la recuperación de los bulevares, del centro histórico. Se está, de alguna manera, repensando sobre todo el tema más dramático para las caraqueñas y caraqueños que es el hábitat de la población más humilde; ahí se está avanzando mucho. Hay una parte negativa que salta a la vista, que es una herencia muy dura del pasado, y también hay una voluntad de cambio que se ha comenzado a manifestar con el presidente Chávez: Eso de Las Mayas, él mismo lo decía. Se están haciendo planes de desarrollo para Catia, el sector de Las Mayas. Es decir, hay señales importantes de cambio, fuertes. Esta misma oficina (su despacho) está haciendo una  propuesta, silenciosa, con tranquilidad, una propuesta de planes para Caracas, objetivos, líneas estratégicas y una cadena de acciones.

-¿Cuáles son esas líneas clave?

-El fundamento es pensar una Caracas, a pocos años, con acciones precisas, no una entelequia como esos planes un poco pasivos, muy normativos, son como ilusiones, unos planes de desarrollo que después nadie cumple. Hay que concretar objetivos; de objetivos precisos hay que ir a una serie de acciones de distintas escalas, que puedan concretarse en pocos años y vayan cambiando la cara a la ciudad.

-¿Puede adelantar algunas de ellas?

-El tema de la vivienda, que es muy importante, el de la movilidad, el ambiente, las zonas de riesgo.

-En vivienda, por ejemplo, ¿cuántos refugios hubo y cuántos quedan?

-Hubo unos ochocientos refugios y quedan unos doscientos, pero las cifras exactas no las tengo. En términos de familias, en el área metropolitana de Caracas, eran treintidos mil y quedan menos de seis mil, hablando del deslave del año 2010; quedan menos de seis mil y todas ellas deben salir a sus viviendas nuevas antes de fin de año. Yo creo que eso es un record: Darle viviendas a treinta dos mil familias en Caracas; algunas de ellas se fueron a casas en el interior. Ha sido un esfuerzo que es visible. Hay alrededor de unas cuatro mil familias más, pero son de eventos de 2011 y 2012, un flujo continuo… van pasando cosas.

-¿Por inestabilidad de los terrenos o mala calidad de la construcción?

-Tenemos una geología muy frágil, tenemos zonas donde hay todas las erosiones del mundo. Nuestra geología es muy joven, tiene mucho movimiento, y el cambio climático… Pero en fin, yo creo que el problema de los refugiados ya tiene respuestas.

-¿Va en camino de solución?

-Este año salimos de ese problema.

-Ha habido críticas sobre la construcción de viviendas en Caracas… que complicarían los servicios, vialidad, falta de estacionamientos…

-Hay nuevas ciudades que se están desarrollando con toda la planificación. Allí están Ciudad Caribia, Ciudad Belén, Ciudad Tiuna, bien hechas, planificadas por expertos. Hay desarrollos como Cacique Tiuna y La Limonera, donde había áreas suficientes de terrenos para algunos desarrollos. Y después tenemos experiencias como las que está haciendo esta oficina presidencial, localizar terrenos que están en el parcelario caraqueño: hay espacios públicos y privados aptos para la construcción.

-¿Con zonificación especificada?

-Sí, en toda ciudad tienes espacios públicos y espacios privados, aunque sean de propiedad pública, por ejemplo Miraflores, el Palacio Blanco, etcétera, están en el parcelario. Entonces, buscamos las parcelas que están zonificadas para vivienda y construyes exactamente igual que lo ha hecho el privado.

-¿Estamos hablando de la avenida Sucre, Libertador, Lecuna?

-Exacto. Por ejemplo, el terreno que servía de estacionamiento a la funeraria Vallés, en cualquier momento lo hubiese podido desarrollar el sector privado; lo que pasa es que el Estado lo desarrolló para las familias más humildes, las que no tenían viviendas, las que habían perdido todo por el desastre de las lluvias. Estas son parcelas para viviendas multifamiliares, que nosotros, simplemente, nos adelantamos al negocio inmobiliario, que es más lento, más interesado, engorda los terrenos. Entonces dicen “están construyendo sin planificar”, no, no: Estamos construyendo con la realidad de la ciudad, hay unas parcelas que son para viviendas y nosotros construimos, punto. Curiosamente, cuando lo hace el privado, no hay críticas. Lo que hay es una visión política en la crítica.

-¿Esa crítica, se podría llamar “anti estatal” o “anti gubernamental”?

-Yo creo que eso es una confrontación. Tiene como dos vertientes: Una, del sector inmobiliario, del que maneja el tema de los terrenos convertidos en una mercancía extraordinariamente lucrativa y para una altísima especulación; es decir, “el Estado está ocupando para vivienda pública, lo que es un ámbito de nuestro negocio”.

-¿Y la política?

-Todo lo que haga el gobierno es malo, lo criticamos; y como la academia, a veces, se presta a eso, entonces aparecen algunos arquitectos de la academia diciendo esas cosas, pero en realidad cualquiera de nuestros edificios, los que hace esta oficina, los hace el sector privado y no hay críticas.

-¿Y lo de los estacionamientos?

-El problema de Caracas no son los estacionamientos, es la falta de un eficiente transporte público.

-El vehículo es una realidad contemporánea. ¿Por qué no hay desarrollos subterráneos o verticales de estacionamientos?

-Hay otras soluciones, también, de estacionamientos en las propias calles en horas nocturnas. Son experiencias que todas las ciudades las viven. Tu no vas al centro de Londres en carro, porque es muy costoso, no puedes hacerlo. En el área de estacionamientos, llama la atención que el sector privado pudiera hacerlo, que en vez de tener eso que llaman “estacionamientos”, un terreno engordando, con unos veinte o treinta carros, que no es un verdadero estacionamiento, ellos pudieran construir estacionamientos verticales.

-¿Por qué no se estimula eso?

-Porque el estímulo debe venir del propio empresario, en vez de engordar el terreno y apostar a la vivienda como una mercancía. Pero no le interesa invertir en estacionamientos, prefiere sacarse los reales, ir a la especulación financiera. ¡Están en otro mundo!

-En vivienda, ¿qué han observado en cuanto al cambio cultural, el impacto de la delincuencia, falta de aporte al condominio, gente que quiere todavía que todo se lo den?

-Vivimos nuestras contradicciones. El siglo veinte ha sido una etapa de cambios profundos, creando una cultura urbana en transición, y aparece una nueva posibilidad, que la gente que migró del campo a la ciudad, y que estaba en lugares de alto riesgo, se integre a la “ciudad formal”. Ahí, llega también con sus contradicciones.

-¿A los refugios?

-En el caso de los refugios, no se le preguntó a nadie. Es cuestión de humanidad: Quien perdió la vivienda, entra a un refugio. Si antes robaba motos o estaba en el micro tráfico (de drogas)  o era un excelente trabajador o no lo era o era un policía o un  profesional, que los hay también, a nadie se le preguntó. Como es la sociedad, igual vas a un refugio. Nosotros apostamos al desarrollo de la ciudadanía; más, en una sociedad que quiere transformarse profundamente.

-A pesar de sus problemas, ¿Caracas no es una ciudad desbordada?

-No está creciendo desde hace más de veinte años.

-¿Es manejable, en términos de desarrollo?

-Por supuesto. Si nosotros resolvemos el problema más dramático, que es el de la vivienda, Caracas va a cambiar. Nosotros, con los planes de vivienda, estamos haciendo proyectos –y demostramos que se puede hacer- para duplicar el número de hectáreas destinadas a la recreación, plazas, parques, espacios públicos activos. Se ha hablado de la Caracas de las bicicletas, las posibilidades alternativas, pero fundamentalmente está el tema de la vivienda. Caracas es una ciudad destinada a mejorar; no, a empeorar. Caracas va a ser cada vez mejor.

-¿Y la red vial?

-Van a pasar cosas. Todo lo que se está haciendo hacia el estado Vargas; los planes que hay para que el tránsito de oriente a occidente y viceversa, no pase por Caracas.

-¿Cuándo se termina el proyecto de empalme de la Cota Mil con la autopista Caracas-La Guaira?

-Eso lo llevan otros ministros que son voceros autorizados, pero va en este período presidencial. Eso lo vamos a tener.

-¿Qué le parece el proyecto de nueva autopista a Vargas, a través del Ávila, horadándolo con un sistema de túneles?

-Hay países, como Noruega, el país con mayor calidad de vida del mundo, un país relativamente pequeño y con petróleo, pero con una cierta sabiduría, y casi todo lo resuelven en base a túneles. ¿Por qué le vamos a tener miedo a los túneles?

-¿No es ningún misterio, el túnel atravesando el Ávila?

-Es que eso lo ves en las grandes ciudades, en todas partes. Te metes en Internet, y tú verás ese tipo de construcción por todas partes. Claro, hay que tener el recurso.

-¿Tecnológicamente, no es problema?

-No.

-¿Y ambientalmente?

-Al contrario, está dentro de la tierra. Es como decir que el Metro hace daño. Al contrario, si te despeja las vías.

-¿Qué es lo mejor de Caracas?

-A mí me gusta mucho de Caracas, que es una ciudad muy dinámica, una ciudad que tiene una fuerza espiritual, tú no vez a la gente como apagada. Es una ciudad de su tiempo. Una vez que hemos recuperado su centro histórico, un trabajo extraordinario de Jacqueline Farías, de Jorge Rodríguez, tú sientes el corazón, de verdad, de una patria, por su historia: Miranda, Simón Rodríguez, Bolívar, Andrés Bello, que han andado por aquí, cosa extraordinaria, aquella ciudad que tenía treinta mil o cuarenta mil habitante y que ¡conmovió al mundo, en su tiempo! Caracas es muy importante.

-¿Y lo peor de Caracas?

-(Silencio…) Yo diría que hay sectores en la población que no están conectados con la ciudad, sino que ven a Caracas como lugar donde ellos viven y su territorio lo ven como un club, y en términos sociales, políticos, tienen como poca conexión amorosa, sobre todo sectores de clase media (hacia arriba, levanta la mano y la mirada). Eso se ha convertido en una estructura de pensamiento, es decir, no ver a la ciudad como algo tuyo, no sentir que formas parte de una totalidad, una caraqueñidad. Para mí, eso es lo peor, que haya sectores desintegrados, además con una actitud soberbia.


“40, 30, 20 y 10 %” para recuperar Caracas

¿Falta amor por Caracas?

-Sí, creo que hubo un auto maltrato, posiblemente por todas estas cosas. Creo que está cambiando, pero sí lo ha habido. Los problemas de Caracas se resuelven con una fórmula: “40-30-20-10”

-¿Cómo es eso?

-Cuarenta por ciento del esfuerzo debe dedicarse al tema espiritual, de la condición del ciudadano, lo subjetivo, asumir conciencia.

-¿El treinta?

-La parte normativa, leyes que la gente las comprenda, las entienda, las discuta, las acepte. Tendría que haber un cambio en lo legal, las ordenanzas para la convivencia.

-¿Veinte?

-El veinte por ciento para los cambios físicos que tienen que ver con la pequeña escala: aceras llenas de obstáculos, falta de conexión en un punto de la ciudad. Tiene que ver con el cuidado amoroso de tipo urbanístico, ir recuperando la ciudad en su escala más cotidiana.

-¿Y el diez?

-Atacar los aspectos estructurales como acueductos, gas, vialidad y recolección o disposición de desechos sólidos.


PERIL

Nacimiento Vigo, España (1943)

Arquitecto por la Universidad Central de Venezuela

Profesor Titular (jubilado) de la Cátedra de Diseño en la Escuela de Arquitectura de la UCV

Ministro de Estado para la Transformación Revolucionaria de la Gran Caracas, y Presidente de la Fundación Oficina Presidencial de Planes y Proyectos Especiales

Poeta, narrador, ensayista, pintor, columnista de prensa

Ha publicado diversos poemarios, entre ellos Miel y Dibujos de Mujer; y dos novelas: Una Pasión y La Clase, cuya adaptación cinematográfica (2007), dirigida por José Antonio Varela, ha ganado diversos premios en festivales nacionales y extranjeros

Premio Internacional de Filosofía Karl Otto Apel (Italia, 2010), junto con la historiadora Carmen Bohórquez