Pareciera que el Gobierno y sus cómplices se están saliendo con la suya, pero no es así. El fraude electoral que montaron al secuestrar judicialmente los escrutinios de la votacion del #28Jul para tratar de extinguir la jugarreta contra la soberania popular fraguada en el Consejo Nacional Electoral, está muy presente en el ánimo de nuestros compatriotas, acá en Venezuela y en el mundo.
Elvis Amoroso y sus subordinados en el Directorio del CNE están obligados a destapar su propia olla y mostrar transparentemente las actas de mesa de votación y su totalización ante testigos de candidatos presidenciales y partidos acreditados, con participación de expertos internacionales independientes e interesados en la paz y el desarrollo armónico de nuestro país.
Nicolas Maduro, Cilia Flores, Delcy y Jorge Rodríguez, Diosdado Cabello y Padrino López -el sexteto al mando de la conspiración en curso- conocen perfectamente los efectos de su proceder: cero credibilidad, inestabilidad, afectación de la economía, incertidumbre, inconformidad popular y mayores dudas y rechazo a nivel internacional.
El Tribunal Supremo de Justicia y la Fiscalía General de la República han servido de comparsa dentro del Sistema de Justicia, completamente acoplado a las prácticas fraudulentas y represivas gubernamentales, hoy en clara deriva dictatorial. Así contribuyen a extinguir el fraude cometido, ansiada pretensión oficialista, madurista y roboluciobaria.
En sus caras se les nota la vergüenza interior, digan lo que digan, amenacen como amenacen y repriman como repriman. Se metieron por ese callejón y se les convirtió en túnel sin salida: solo les queda someterse a la verdad de la soberanía popular expresada en las 30.026 mesas de votación, en el vulnerado marco de la Constitución, las leyes y reglamentos electorales vigentes.
Su insolvencia moral los acusa. La represión no le lava la cara a los delincuentes electorales, los oscurece más ante Venezuela y el mundo. Las expectativas son sombrías y no es con "adelanto de navidades" ni ofertas económicas engañosas y siempre incumplidas, como vamos a superar esta crisis cismática en desarrollo.
Los cálculos de Miraflores, Carmelitas, Platanal y Fuerte Tiuna adolecen de falla de origen: no tienen los votos, aunque hayan lanzado el manotazo anti constitucional con tapa "judicial" y masivo encarcelamiento de jovenes que en las calles exigieron transparencia en la totalización de votos.
El deterioro político es acelerado para el Gobierno, el PSUV, sus satelites y testaferros. Hoy son una minoría arrinconada en su propia trampa. Se "autosuicidaron", parafraseando al defenestrado Carlos Andrés Pérez.
¿Qué más inventarán? ¿Otro "Súper Bigote"? En el camino dejaron también lo de "Presidente obrero", por la traición a los trabajadores y el empobrecimiento de la familia venezolana. Simple y llanamente la gente no les cree. Los tramposos y codiciosos carecen de dignidad. Ellos lo saben, pero con su proverbial cinismo montan cara de "alegría" y "fortaleza". ¿Quién les cree?
manuelisidro21@gmail.com
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