viernes, 3 de enero de 2014

EEUU, a la caza de un súperordenador cuántico que lo descifre todo

La Agencia de Seguridad Nacional de EE.UU. (NSA) está trabajando en el desarrollo de un ordenador que podría romper cualqier cifrado de los que se usan para proteger los registros bancarios, médicos, comerciales y gubernamentales de todo el mundo.
Según se desprende de los documentos filtrados por el excontratista de la NSA, Edward Snowden, el esfuerzo por construir "una computadora cuántica criptológicamente útil" —una máquina exponencialmente más rápida que los ordenadores clásicos—  forma parte de un programa de 79,7 millones de dólares titulado "Alcanzando objetivos complejos". Según el diario 'The Washington Post', gran parte del trabajo está almacenada bajo contratos clasificados en un laboratorio en College Park. La NSA no ha hecho comentarios al respecto.

Físicos y científicos de la computación se preguntan desde hace tiempo has cuánto los esfuerzos de la NSA en este ámbito son más avanzados que los de los mejores laboratorios civiles. Aunque el alcance de la investigación de la agencia sigue siendo desconocida, los documentos aportados por Snowden sugieren que la NSA no está más cerca del éxito que otras iniciativas de la comunidad científica.

"Parece improbable que la NSA pueda aventajar en mucho al mundo entero sin que nadie lo sepa", sostiene Scott Aaronson, profesor asociado de ingeniería eléctrica y ciencias de la computación en el Instituto de Tecnología de Massachusetts.

Los documentos, sin embargo, indican que la agencia lleva a cabo parte de su investigación en salas grandes y blindadas conocidas como jaulas de Faraday, diseñadas para evitar que la energía electromagnética entre o salga. Según expertos, estos habitáculos serían imprescindibles para mantener en marcha los delicados experimentos de computación cuántica.

Una computadora cuántica permitiría romper fácilmente las herramientas de cifrado más potentes utilizadas hoy en día, incluyendo un estándar conocido como RSA, llamado así por las iniciales de sus creadores. El RSA codifica las comunicaciones, volviéndolas ilegibles para cualquier persona que no sea el destinatario, sin que sea necesario el uso de una contraseña compartida. Por lo común recurren a él los navegadores web para asegurar las transacciones financieras y los correos electrónicos.