>>> Para 1783 Capaya, entre otros pueblos, formaba parte de la gran provincia capitalina
Por Luis Carlucho Martín
Está claro que Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar Ponte y Palacios Blanco, nació la noche del 24 de julio de 1783, hace 240 años. De ello no hay dudas. Lo que no está muy claro, y cada vez surgen nuevas versiones, es el sitio específico donde vio luz aquel enmantillado.
Apegados a la norma de la historia oficial, se afirma que nació en el centro de Caracas, en San Jacinto; pero de acuerdo con la versión que ha tomado fuerza por tradición oral, el hijo de María de la Concepción Palacios y del coronel Juan Vicente Bolívar y Ponce, nació en Capaya.
De ser así, Bolívar sigue como nativo de Caracas, solo que muy al este del este, porque en esos días, Capaya formaba parte de la gran Provincia de Caracas.
En Capaya juran que es de allá
La sagrada tradición oral de Capaya sostiene que el 22 de julio de 1783, la madre de Bolívar, que acusaba avanzado estado de gravidez, acudió a un bautizo y garantizan que su firma aparece registrada en el libro de actas bautismales de la iglesia Nuestra Señora de la Iniestra de Marasma, fundada en 1754 en aquella población que era un asentamiento de esclavos y trabajadores de haciendas donde se movía gran parte de la economía gracias a la cosecha del cacao.
Dicen los “versionadores de la historia”, que un alto jerarca de la Iglesia de Los Teques arrancó el folio contentivo de la firma de doña María, aunque hubo muchos abuelitos (ya fallecidos) que aseguraron verlo y juraron mantener vivo este cuento de boca en boca.
Como Capaya desde mediados de julio es azotada por las lluvias, el día de aquel bautizo llovió a cántaros, se desbordaron los ríos Capaya, Marasmita, Café, Morochas y Ochoa, y varias quebradas. Ello aunado al avanzado estado de preñez de la dueña de la hacienda Palacios, presuponía un ilógico viaje de retorno a lomo de mulas (que en condiciones normales se hacía en dos días, pero que con ese temporal podría demorar hasta seis, con lo cual la fecha de nacimiento del cuarto hijo de la acaudalada pareja no coincidiría con lo fecha histórica).
Otra duda lógica de los capayeros: si la tradición imponía que los niños se bautizaran a más tardar el segundo día de nacidos, ¿por qué Simoncito fue bautizado en Caracas el 30 de julio, seis días después del nacimiento?
Creen en Capaya que la señora María, cansada del trajín festivo, agotada por la barriga, y preocupada por el temporal, debió refugiarse en su hacienda, donde finalmente dio a luz.
Pasado el trabajo del parto reposó el tiempo suficiente y retornaron a Caracas para llegar justo al bautizo de su nuevo retoño.
Matea e Hipólita no son las mismas
Hay una confusión cuando se hace referencia a la nodriza que terminó de amamantar a Simoncito debido a la tuberculosis de su madre.
Cuando nace el padre de la Patria, Matea era una niña de apenas 10 años mientras que Hipólita, esposa de Mateo Bolívar, siervo de la hacienda Santo Domingo en Caucagua, tenía el doble de edad.
Errores involuntarios (imaginamos), indican que Matea es la que da pecho al recién nacido; pero la historia reseña que cuando enfermó doña María ubicaron a Hipólita que estaba por dar a luz a su hijo Dionisio (llegó a ser sargento del Ejército Libertador). Pero mientras ella producía leche, Bolívar fue amamantado por la matrona cubana Inés Mancebo de Mijares, amiga de la familia.
Matea era una niña que más adelante se hizo parte de la familia y ambas integraron el entorno del Libertador. Hoy, todos reposan en el Panteón Nacional.
Hijo de esclava
Hay otra versión que indica que la negra (pero confunden Matea con Hipólita) tuvo un hijo que lamentablemente murió, por lo tanto podía libremente dar su leche al bebé acaudalado.
Y otro cuento, expone que Bolívar nació del vientre de Hipólita, hecho del cual se enteró el oligarca abuelo paterno quien ordenó de inmediato buscar a su nieto y presentarlo en Caracas como hijo del matrimonio, pero Simoncito enfermó y se se hizo indispensable trasladar a la madre real, Hipólita, hasta Caracas para alimentar a su verdadero hijo.
Versiones sin pruebas ni actas. Se dice que la verdad fue manipulada por la oligarquía; por ello surge la pregunta: ¿acaso alguien sabía que ese chamo iba a ser tan importante para el destino del mundo, y que el mismísimo premio nóbel de literatura, Gabo, escribiría en su nombre El general en su laberinto?
Dicen incluso que se amenazó de muerte a quien hurgara y pretendiera revelar versiones diferentes a las que los Bolívar y Palacios hicieron oficializar.
Y que hasta el clero también metió su ponzoña, y que tiempo después, como para evitar dudas, aseguran los capayeros, que Marcos Pérez Jiménez mandó a demoler la hacienda, escenario del parto, para borrar cualquier rastro que pudiera haber sobrevivido y estropear la historia oficial…
Por su parte, Capaya reclama su reconocimiento como cuna del Libertador y existe en curso una investigación del más alto nivel, aún sin pronunciamiento oficial. Lo muy cierto es que, sea en el centro o en Capaya, Bolívar nació en Caracas hace 240 años... Y su más grande sueño, aún por materializarse.
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