En 2021, celebraremos en grande y honraremos a nuestros héroes de la Guerra de Independencia, ganada por un pueblo en armas con valentía, inteligencia y sacrificios. |
MANUEL ISIDRO MOLINA
Degradar la guerra de independencia de Venezuela (1811/1823) a "guerra civil" es quitarle su esencia anticolonial, antiimperialista y posteriormente antiesclavista y de redención social, lo que quedó demostrado por la fractura definitiva del poder colonial español en la "América Española", el surgimiento de la República de Colombia (llamada históricamente "Gran Colombia" o "Colombia la Grande", para diferenciarla de la Colombia santanderista), la independencia de Perú -eminentemente anticolonial- y la creación de Bolivia.
Hay una curiosa historiografía reaccionaria, muy descarada y manipuladora, que hace de Bolívar una basura histórica; y de nuestra independencia continental, una mentira protagonizada por unos matones codiciosos. ¡Basura es esa "historia"!
Bolívar es imperecedero en su grandeza, como lo son sus compañeros de armas del Ejército Libertador de Colombia (La Grande), que tuvo la decisiva valentía, inteligencia y arrojo de los venezolanos, que en su tiempo y en las precarias condiciones de la época, presidieron las nuevas repúblicas: Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia.
Esa gesta histórica, única en nuestro continente, no puede ser banalizada tan irresponsablemente.
Honor y gloria a nuestros Libertadores, civiles y militares (muchos de ellos civiles alzados en armas contra el Imperio Colonial Español), quienes desde el 19 de abril de 1810 se enfrentaron y quebraron el poder imperial en Venezuela y luego en los territorios coloniales que hoy ocupan Panamá, Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia.
De lo que ocurrió después, nada mancilla su gesta independentista.
Con Marc Bloch, siempre recuerdo: "La historia es el hombre en su tiempo".
Esa, la que persigue banalizar las fortalezas y trascendencia de nuestra gesta libertadora, es la visión que no comparto.
Banalizar la gesta independentista es un error, que ha sido cultivado y casi esculpido.
Yo, modestamente, lo rechazo con firmeza y sin juegos florales.
El proceso de independencia nacional -nada lineal ni impoluto- es una gesta histórica única en Hispanoamérica, desde el 19 de abril de 1810 hasta 1830, pero especialmente duro y heroico entre 1811 y 1923.
El 24 de junio de 2021 celebraremos los 200 años de la Batalla de Carabobo, que fue una demostración del genio militar, político y patriota del Libertador Simón Bolívar y su Estado Mayor, que pudieron coordinar los ejércitos patriotas de toda Venezuela para desbaratar al ejército colonial español.
Esa historia y esa gloria no la cambiarán jamás.
Y digo más:
Nuestra partida de nacimiento, como nación y como pueblo, está en las profundidades del 19 de abril de 1811 y la Batalla del Lago de Maracaibo (24 de julio de 2823), y nadie podrá inventar otra huella ni podrá borrarla.
Fue una sucesión de pueblo, pensamientos y hechos trascendentes que nos definen como patria anticolonial, independentista y antiimperialista, profundamente libertaria, justiciera y solidaria, generosa: me refiero a Venezuela, ese crisol de razas, clases sociales, civiles, clérigos y militares que supieron quebrar el poder imperial y colonial español -repito- en los territorios que hoy ocupan las repúblicas de Panamá, Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia.
Esa grandeza opaca miserias y ligerezas, y también las pretensiones históricas de la Europa colonialista y los Estados Unidos expansionistas, de quebrar el vigor histórico de nuestra patria, sus padres fundadores y las generaciones que en lucha hemos llegado hasta hoy, en medio de traiciones, expolios y mediocridad lacerantes.
¡Sin patria no hay futuro!
Se equivocan quienes están pensando que por los graves problemas que confrontamos en tiempo de "tragedia histórica", Venezuela devendrá en protectorado de alguna potencia extranjera, como lo es lamentablemente Colombia hoy.
En el fondo, todo eso está mezclado inextricablemente, desde el 19 de abril de 1810 hasta este aciago 2020. En 2021, celebraremos en grande y honraremos a nuestros héroes de la Guerra de Independencia, ganada por un pueblo en armas con valentía, inteligencia y sacrificios que no caben en las desmemoriado de cafetín.
¡Viva Venezuela independiente!
¡Viva Latinoamérica independiente!
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