1.- Metodológicamente, el informe es deficiente y refleja haber sido armado a la carrera.
2.- Sus 18 páginas constituyen denuncia de una oportunidad perdida por parte de la ONU para contribuir a la superación de la tragedia histórica que sufrimos los venezolanos.
3.- El informe contiene verdades, medias verdades y omisiones con un claro sesgo para criminalizar exclusivamente al Estado venezolano y soslayar las responsabilidades de quienes desde 2013 han sostenido políticas conspirativas violentas para derrocar al presidente Nicolás Maduro con el concurso de gobiernos extranjeros, principalmente los de Estados Unidos y Colombia. Así, los redactores ocultan deliberadamente las graves consecuencias que para la sociedad venezolana han tenido el desconocimiento de la elección presidencial de 2013, las violentas y sanguinarias "guarimbas" de 2014 y 2017, el magnicidio frustrado del 4 de agosto de 2018, el intento de invasión del territorio venezolano desde Colombia con amenaza de invasión militar por parte de Estados Uniddos del 23 de febrero de 2019, y el frustrado llamamiento a rebelión militar y revuelta civil para derrocar al gobierno del presidente Maduro.
4.- Los redactores omiten la responsabilidas directa y abierta del gobierno de EEUU en el agravamiento de la crisis económica y social por la imposición ilegal y unilateral del bloqueo financiero, económico y petrolero contra Venezuela.
5.- Ese desbalance por parte de Bachelet y su equipo, ha generado tres vertientes inconvenientes:
a) Rechazo cínico del gobierno que intenta negar o minimizar las violaciones policiales y militares a los DDHH mediante tortura, secuestros y vulneración del debido proceso a las personas privadas de libertad;
b) Aplauso cínico por parte de factores extremistas del archipiélago opositor que pretenden impunidad para sus crímenes por motivaciones políticas que han procurado infructuosamente derrocar al gobierno;
c) Desorientación y mayor frustración en la mayoría inconforme que rechaza simultáneamente a esos dos bandos corresponsables de la crisis y cada día con menos capacidad de convocatoria.
6.- La ONU debería rechazar ese "Informe" y ordenar uno apegado a la imparcialidad política que le corresponde, la legalidad internacional y la permanente procura de la paz mediante la solución civilizada de los conflictos.
7.- Venezolanas y venezolanos deberíamos asumir ese "Informe" como inexistente, debido a su naturaleza sesgada y su inutilidad.
Confieso que hasta el día de su publicación conservé la expectativa positiva ante esa gestión de la ONU bajo la conducción directa de Michelle Bachelet. Hoy expreso mi profunda frustración, lamentando la gran oportunidad perdida.
MANUEL ISIDRO MOLINA
@manuelisidro21
Caracas, 06.07.19
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